martes, 20 de marzo de 2018

VEN Y VERAS, Guion 42º - LOS GRIEGOS Y JESÚS. Evangelio de San Juan 12 20-33; Parroquia N.S. Salas



Guion 42º - LOS GRIEGOS Y JESÚS.
Evangelio de San Juan 12 20-33
                                                   Parroquia N.S. Salas
Ven a mí, Espíritu Santo, 
Espíritu de sabiduría: 
dame mirada y oído interior 
para que no me apegue a las cosas materiales, 
sino que busque siempre las realidades del Espíritu.

Ven a mí, Espíritu Santo, 
Espíritu de amor: 
haz que mi corazón 
siempre sea capaz de más caridad.

Ven a mí, Espíritu Santo, 
Espíritu de verdad: 
concédeme llegar al conocimiento de la verdad 
en toda su plenitud.

Ven a mí, Espíritu Santo, 
agua viva que lanza a la vida eterna: 
concédeme la gracia de llegar 
a contemplar el rostro del Padre 
en la vida y en la alegría sin fin.

Proclamación de la Palabra de Dios
Llega el momento de la proclamación de la palabra.
Recordemos que la lectura del Evangelio es el eje fundamental de nuestro encuentro.
Es la vida, la experiencia, las enseñanzas de Jesús de Nazaret.
Dice así:
“Lectura del Evangelio de San Juan, 12, 20-33
En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; estos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:
“Señor, queremos ver a Jesús”
Felipe fue a decirselo a Andrés; Andrés y Felipe a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó:
“Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a si mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? Pero si por esto he venido, paa esta hora: Padre glorifica tu nombre”
Entonces vino una voz del cielo:
“Lo he glorificado y volveré a glorificarlo”.
La gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían que lo había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo:
“Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”.
Esto lo decía dando a entender la muerte de que  iba a morir.
COMENTARIO DEL EVANGELIO PROCLAMADO
Nos adentramos ya en la última semana de Cuaresma, un tiempo de gracia que ha querido ser, y es, un tiempo de renovación y profundización interior, para llegar a llenarnos, un año más, de la gloria de la resurrección.
La misma naturaleza nos invita al cambio. Pronto comenzará la primavera, y es necesario que llegue la primavera también a nuestro interior.
Y en el evangelio de hoy, además de anunciarnos que ha llegado la hora que el Hijo del Hombre sea glorificado, e ilustrar esta glorificación con la pequeña parábola del grano de trigo, ratifica que en Jesús pese a sentirse turbado como hombre, su disponibilidad es total.
Repasemos, pues, un poco más el evangelio de hoy, porque no siempre se ha entendido del todo bien.
De su lectura, por ejemplo, nadie puede pensar, como en ocasiones se ha hecho, que Dios quiere el sacrificio de su Hijo como un precio a pagar.
Dios no es un Dios que necesite el dolor, la sangre o la muerte de nadie, para perdonarlo.
Dios es un Dios absolutamente misericordioso, y si su Hijo fue al sacrificio de la cruz es porque quiso, para cumplir su misión de atraer hacia Él a todos los creyentes…
La parábola del trigo es, en este sentido, bien expresiva. Si no muere, no da fruto.
Su muerte es la condición para liberar toda la energía vital que contiene. El fruto comienza en el mismo grano que muere.
Y esta es la gran paradoja del evangelio, y la que mejor explica la muerte voluntaria de Jesús: no hay amor más grande que dar la vida…
Todo aquel que se ponga a favor de la vida, deberá pasar situaciones de muerte, en ocasiones duras y difíciles. Y si nosotros queremos ser granos de trigo que den fruto, deberemos morir a muchas cosas…
El salmo 50, que se lee el próximo domingo, es una oración que resume muy bien la actitud de un corazón arrepentido: Dios mío, crea en mí un corazón puro, implanta en mis entrañas un espíritu nuevo;

Salmo 50

Misericordia, Dios mío por tu bondad
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
Lava del todo mi delito
limpia mi pecado.
Oh Dios mío, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuelveme la alegría de tu salvación,
Afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Coloquio de Cuaresma (Fermín Negre)
Enséñame, Señor, a ayunar
de palabras hirientes
y de silencios nacidos del miedo,
de comodidades y tanta vida de sofá,
de envidias y rencores, de soberbias y orgullos,
de injusticias y prácticas religiosas que me adormecen y no me transforman.
Enséñame a ayunar de lo mío
para poder llamarlo nuestro.
Que mi ayuno nazca de adentro
y no busque la apariencia, el llamar la atención,
el aplauso a mi pretendida bondad.
Haz que ayune, Señor,
para que crezca en mí el hambre de tu reino,
el hambre de tu palabra,
el hambre de ser uno con todos,
el hambre que se haga alimento del mundo.
Os informamos que el próximo encuentro será:
el viernes 20 de abril a las 19:30 (tercer viernes de mes),
Parroquia N.S. Salas, Viladecans.


el grupo: Carme, Asun, Amparo, Manuel, Paco, Eulogi, 
la colaboracion de Mn. Manel Simó.







 
 

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