lunes, 28 de octubre de 2019

VEN Y VERAS Guion 58º - EL FARISEO Y EL PUBLICANO Evangelio de San Lucas 18, 9-14; octubre de 2019 Parroquia N.S. Salas


Guion 58º - EL FARISEO Y EL PUBLICANO
Evangelio de San Lucas 18, 9-14
         octubre de 2019 Parroquia N.S. Salas




Hoy, a través de esta experiencia comunitaria y con la imprescindible ayuda del Espíritu Santo, intentaremos tener un encuentro personal con Jesús de Nazaret, y experimentar la presencia de Dios.

Continuamos con la fórmula de trabajar las lecturas que se proclamarán el domingo.

hoy una lectura del Evangelio de san Lucas.

Se nos ofrece hoy una parábola en la que los protagonistas son un fariseo y un publicano, un recaudador de impuestos, que están orando en el templo.

Dicen, que tal como se vive, así se reza y no al revés. El fariseo y el publicano de este evangelio son dos formas de vivir; son dos sensibilidades ante Dios por la manera de relacionarse con Él, y dos sensibilidades en la relación con los demás.

Una parábola que Jesús dirige a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, por el solo hecho de cumplir las normas y los preceptos.

Escuchemos, reflexionemos y oremos juntos.

CAMINANDO CON EL ESPÍRITU

Espíritu Santo,
eres viento:
llévame donde quieras;
eres brisa:
déjame respirar lo nuevo;
eres fuerza:
levántame del suelo;
eres vida:
dame pasón por la vida;
eres alimento:
nútreme de tu savia;
eres luz;
ilumíname con tus rayos;
eres calor:
calienta mi existencia;
eres libertad:
hazme libre;
eres fecundidad:
cúbreme con tu sombra;
eres agua viva:
dame de beber;
eres respuesta:
dame fuerza para decir sí
al Padre,
al Hijo
y a ti, Espíritu Santo.

Lectura del Evangelio de San Lucas 18 ,9-14
En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:
 - “Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.”
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo:
“¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.”
Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”


SILENCIO – 1 o 2 minutos aprox.


COMENTARIO DEL EVANGELIO PROCLAMADO:
Nos encontramos, una vez más, con una parábola donde queda claramente explicado cual es el objetivo que pretende Jesús.
Expone una parábola a unos que se creían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás.
Tenemos por tanto en esta parábola, dos tipos de personas; las que rezan mirándose solamente a sí mismas, y las que rezan hacia Dios.
Dicho de otra manera, las personas que van por la vida sintiéndose siempre justas y perfectas, menospreciando, por tanto, a los demás, y las personas que sin ningún tipo de complejo de inferioridad reconocen desde la fe y la gratuidad de Dios; que son lo que son no solamente por sus propios méritos y esfuerzos, sino también por la gracia de Dios; y que, además, no siempre sus actos y decisiones son plenamente los más acertados.
Pensemos también que los dos personajes de la parábola eran en su tiempo enemigos irreconciliables. Los fariseos se consideraban perfectos ante Dios porque cumplían al pie de la letra las leyes, mientras que los publicanos, -recaudadores de impuestos del imperio romano- eran tildados de antipatriotas y explotadores, o como nos dicen en el texto: ladrones, injustos, adúlteros o pecadores…
Hoy también en nuestras sociedades e instituciones se dan estos dos tipos de personajes: aquellos que se dicen a sí mismos: yo soy como se debe de ser; y aquellos que se preocupan más de analizar un poco más en profundidad cómo hay que ser…, reconociendo que no siempre llegamos a las exigencias del comportamiento ético y moral.
Podríamos decir, en definitiva, y de alguna manera, que nuestras oraciones nos identifican: dime como rezas y te diré como eres…, y dime cómo eres y te diré como rezas…
En una sociedad con una gran tendencia a pegar etiquetas a las personas, el evangelio de hoy nos ofrece una buena herramienta de autoanálisis de la verdadera identidad de cada uno.


SILENCIO 1 - 1:30 minutos
 Señor, quiero tener la astucia y habilidad para saber darte el lugar que te corresponde en mi vida.
Silencio unos 30”
Creo en Ti, confío en Ti y te amo, ilumina este rato de meditación para que nada me distraiga y sepa guardar el silencio que me permita realmente conocer tu voluntad.
Silencio unos 30”
Señor, ayúdame a saber aprovechar mi tiempo, especialmente este momento de meditación.
Silencio unos 30”
Estamos ante Ti, Señor, porque sabemos que nos quieres.
Silencio unos 30”
Estamos ante Ti Señor, con nuestra vida, nuestra familia, nuestro trabajo, nuestra oración.
Silencio unos 30”
Estamos ante Ti en los dolores y las tristezas, las alegrías y las ilusiones.
Silencio unos 30”
Estamos ante Ti, Señor, porque das confianza a nuestra vida.
Silencio unos 30”
Estamos ante Ti Señor, porque tu eres nuestro Padre.
Ahora podemos rezar:  Padrenuestro

En nombre de todo el grupo, de Carme, Amparo, Roser, Manuel, Paco, Eulogi y Mn. Manel Simó, agradecemos la confianza que depositáis nuevamente en nosotros.
El próximo encuentro será: el viernes 15 de noviembre a las 19:30 (tercer viernes de mes).
El miércoles día 6 de noviembre, lectura compartida Evangelio de Marcos.
Parroquia N.S. Salas,Viladecans.