Democracia
participativa
El
triste espectáculo vivido en Catalunya durante la semana pasada en el gobierno
de la autonomía, similar, en cierta manera, a otros sucesos parecidos acaecidos
en los gobiernos de las distintas autonomías, invita a una reflexión…
Pensadores
eminentes ya advirtieron, en los inicios de la democracia, que había que
prevenir contra tres posibles errores:
–que la
democratización se entendiera solamente como la posibilidad de votar cada
cuatro años a unos representantes (democracia representativa)
–que
esta representatividad fuera manejada desde los partidos políticos que fueran
quienes decidieran los representantes a elegir y manejaran las instituciones (partitocracia)
–y que
la gente no entendiera que la verdadera democracia se construye con la
aportación y la tarea de todos los ciudadanos, cada uno en su ámbito, por
conseguirla (democracia participativa).
Pues
bien: lo que está sucediendo, en Catalunya y en toda España, es que la
partitocracia y la lucha por el poder se han institucionalizado, los posibles
representados se han sentido cada vez menos representados, y la democracia
participativa mengua cada vez más, instaladas las personas en la fácil solución
de que mi situación la arreglen los que mandan…
Recientemente
recordé en una charla una frase muy significativa que afirma que hoy nuestra
sociedad necesita urgentemente líderes, maestros, médicos y poetas… Líderes
que se identifiquen verdaderamente con el pueblo con sus actos y compromisos;
maestros que eduquen con su ejemplo; médicos que sanen heridas; y poetas, en
sentido metafórico, que contagien belleza, ilusión y entusiasmo…
Sólo así
se irá consiguiendo una autentica vida democrática. Es la democracia
participativa en la que todos tenemos que aportar nuestra tarea, cada uno desde
su ámbito, para conseguirla.
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