lunes, 24 de febrero de 2025

VEN Y VERAS -Evangelio de san Lucas 6, 27 - 38

 

Sólo el amor y la no-violencia vencer al opresor

         Evangelio de san Lucas 6, 27 - 38

Un espacio que esperamos pueda ser de ayuda tanto para vosotras como para nosotros. Un encuentro de oración y de reflexión, para que podamos sentirnos mejor interiormente y, sobre todo, en nuestra relación personal con Dios.

Hoy, no sólo somos los cristianos quienes hablamos de la pérdida de valores morales, sino que son también muchas las personas alejadas, no creyentes, agnósticos o ateos, quienes se lamentan a menudo de la pérdida de valores éticos en las relaciones humanas y en la convivencia ciudadana.

Y es que, hoy asistimos a una crisis importante del sentido ético de la vida; y por eso, el evangelio de hoy resulta particularmente interesante.

La lectura del Evangelio es el eje fundamental . Es la vida, la experiencia, las enseñanzas de Jesús de Nazaret. 

Lectura del Evangelio de san Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.

Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que midiereis se os medirá a vosotros».

reflexión sobre el evangelio 

El texto pertenece a la versión que transmite el evangelista Lucas del sermón de las bienaventuranzas; y presenta cuatro principios éticos muy útiles para todos y, de manera muy particular, imprescindibles para los seguidores de Jesús.

         Principios, pero, que deben entenderse correctamente, y que nada tienen que ver con actitudes de pasividad, conformismo o resignación.

         1) ame a los enemigos, haga bien a los que no le aman, bendiga a los que le maldicen, ore por aquellos que le ofenden...

         En vez de limitarse a condenar, abrir espacios y posibilidades para que los enemigos encuentren caminos de conversión y de reconciliación.

         2) si alguien te pega en una mejilla, párale la otra. Si te toma el manto, no le niegues el traje. Da todo el que te pida...

         Renuncia a la violencia como única herramienta para resolver los conflictos. ¡Cuántas veces perdiendo, se gana, y ganando, se pierde!

         3) haga a los demás lo que desea que ellos le hagan

         O sea: la regla de oro de la convivencia humana. Así, en positivo, no limitándose al ojo por ojo y diente por diente. Desbordando siempre por la vía de la misericordia: sed misericordiosos como lo es vuestro Padre

         4) no juzgue, y Dios no le juzgará. No condene, y Dios no le condenará. Absuelva, y Dios os absolverá. Dad, y Dios os dará...

         Al mal no se le vence con el mal, sino con la abundancia del bien. El amor de Dios, que nosotros debemos imitar es un amor gratuito, generoso y sin medida. La medida del amor es amar sin medida.

         El evangelio de hoy es de valor universal, porque es una buena terapia contra uno de los grandes males de nuestro tiempo: el odio, la venganza y la violencia, tan propios de quienes se sienten frustrados en sus ambiciones. El odio es un veneno peligroso, una inmadurez destructiva. La violencia sólo genera violencia. La paz sólo puede brotar del amor.

Oración del Jubileo

 

Padre que estás en el cielo,

Que la fe que nos has dado en

tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,

y la llamada a la caridad

infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,

despierten en nosotros la bienaventurada esperanza

en la venida de tu Reino.

 

Que tu gracia nos transforme

en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio

que fermenten la humanidad y la creación,

en espera confiada

del cielo nuevo y de la tierra nueva,

cuando vencidas las fuerzas del mal,

se manifestará para siempre tu gloria.

 

La gracia del Jubileo

reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,

el anhelo de los bienes celestiales

y derrame en el mundo entero

la alegría y la paz

de nuestro Redentor.

A ti, Dios bendito eternamente,

sea la alabanza y la gloria por los siglos.

Amén.

Parroquia Nuestra Señora de Salas, Viladecans

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