Després de les festes Nadalenques retornem amb el nostra compromís
en vers els nostres malalts i persones grans, que no havíem descuidat en
aquestes festes, la nostra parròquia hem compartit amb ells la missa de Nadal, els nens i nenes da’l Esplai i van passar un
mati d’entreteniment.
Ens esperen una trentena d’avis entre les tres plantes de la
residencia i en les plantes de recuperació unes 6 més, amb ells compartirem una
estona i farem el nostra encontra amb Jesús, la lectura d’El Evangeli, oració i
la Comunió.
San Teodosio
Evangelio: Lucas 5,12-16
"En seguida le dejó la lepra"
Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre
lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: "Señor,
si quieres puedes limpiarme." Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo:
"Quiero, queda limpio." Y en seguida le dejó la lepra. Jesús le
recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: "Ve a presentarte al
sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste."
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y
a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para
orar.
Comentario: Rev.
D. Santi COLLELL i Aguirre (La Garriga)
El leproso del Evangelio que hoy se lee en la Eucaristía es
alguien que ha hecho un doble ejercicio de humildad. El de reconocer cuál es su
mal y el de aceptar a Jesús como a su Salvador. Cristo es quien nos da la
oportunidad de hacer un cambio radical y profundo en nuestra vida. Ante todo
aquello que nos es impedimento para el amor y que se ha enquistado en nuestros
corazones y en nuestras vidas, Cristo, con su testimonio de vida y de Vida
Nueva, nos propone una alternativa totalmente real y posible. La alternativa
del amor, de la ternura, de la misericordia. Jesús, ante quien es diferente a
Él (el leproso) no huye, no se lo saca de encima, no lo “factura” a la
administración, ni a las instituciones o a las “ong's”. Cristo acepta el reto
del encuentro, y al “enfermo” le ofrece aquello que necesita, la
curación/purificación.
Nosotros tenemos que ser capaces de ofrecer a los que se
acercan a nuestras vidas aquello que hemos recibido del Señor. Pero antes será
necesario habernos encontrado con Él y renovar nuestro compromiso de vivir su
Evangelio en las pequeñas cosas de cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario