

Volem
agrair als voluntaris i al personal per
la seva col·laboració en aquest acte.
Bienaventurado
San Isidro,
Soy un campesino. Mi piel tiene el sabor y el color de la tierra. Por
muchos años he visto nacer el sol y he disfrutado la creación. Mil veces la
tierra ha bebido mi sudor. Señor, te he sentido vivo en el agua de la fuente y de
las vertientes; en el pan amasado por mi señora y cocido en el horno de campo;
en el vino hecho con la uva de mi viña. Hoy me encuentro en la ciudad, donde
nunca nadie me habla de Tu tierra y mi tierra; donde el pan es un producto
químico; el vino es agua teñida; donde el aire no es puro como en el campo,
sino que huele a cemento. Aquí todo huele a especulación, lucro, abuso,
adulteración y sofisticación, porque aquí todo se paga. Esta sociedad, por amor
al dinero, ha violentado la tierra que Tú has creado. Señor, ayúdanos, nos
están envenenando. Bendeciré la técnica y la ciencia si sirven para el hombre,
pero no puedo bendecirlas si están al servicio del lucro y la especulación.
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