Guion 50º - LA BODA DE CANÁ.
Evangelio de San Juan 2, 1-11
18 de enero de 2019 Parroquia N.S. Salas
Os ofrecemos hoy una lectura del Evangelio de Juan que
nos relata lo sucedido en la boda en Caná de Galilea a la que asisten Jesús,
María y los discípulos.
Después de Navidad y Epifanía, y antes de llegar a la
Cuaresma, se intercala un tiempo intermedio, en la liturgia de los domingos,
que se toma del tiempo común en el que se siguen las lecturas del Ciclo C. Pero
en realidad este “segundo domingo” siempre ha sido un domingo de transición que
ha tenido como marco los capítulos primeros del evangelio de Juan, que es
leído, normalmente, en los tres ciclos, durante el tiempo de Cuaresma y Pascua.
Evangelio
de San Juan, 2, 1-11
En aquel
tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí, y
Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda.
Faltó vino,
y la madre de Jesús le dijo: “Ya no tienen vino”.
Jesús le
contestó: “Mujer, ¿Por qué me lo dices a mí? Aún no ha llegado mi hora”
Su madre, les
dijo a los sirvientes: “Haced todo lo que Él os diga”
Había allí
seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación.
En cada tinaja cabían entre cincuenta y setenta litros.
Jesús les
dijo: “Llenad las tinajas de agua”. Y las llenaron hasta arriba.
Entonces
les dijo: “Ahora, sacad un poco y llevádselo al mayordomo”
Así lo
hicieron.
El mayordomo
probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía. Solo lo sabían los sirvientes
que habían sacado el agua. Así que llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve
primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sirve el
vino corriente. Pero tú has guardado el mejor hasta ahora”.
Éste fue el
primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria
y sus discípulos creyeron en Él.
COMENTARIO DEL EVANGELIO PROCLAMADO
Quizás, más
allá de un milagro, este texto se podría reflexionar como una catequesis llena de
simbolismos, que habría que leer a la luz de la interpretación bíblica.
-
Nos dice que hay una boda, las bodas en la Biblia son
siempre expresión de la alianza de Dios y el pueblo.
-
La madre de Jesús estaba allí, y no menciona su nombre,
María.
-
De Jesús y los discípulos solamente nos dice que eran
unos invitados.
-
Cuando María habla a Jesús, éste no le responde como un hijo
a una madre, sino que le dice “mujer”; tampoco María le dirá a Jesús “hijo”.
-
María dice; “no tienen vino”, … y es sabido, que el vino
en la Biblia, tal como se indica en el libro de los Cantares, es el símbolo del
amor entre la esposa y el esposo.
-
Menciona la lectura que “había allí seis tinajas”, número
simbólico que indica que aquello no llegaba a la plenitud, porque la plenitud
es el siete. Y que eran de piedra, como las tablas de la Ley de Moisés.
-
Estaban vacías, y Jesús indica que las llenen de agua,
que es el símbolo de la purificación, según la tradición.
Visto así, y a partir de estas precisiones ¿Cuál es el
sentido de esta catequesis?
Que un día en el Sinaí hubo un pueblo que hizo una alianza,
una boda, con Dios, y que comenzó a ser el pueblo elegido por Dios.
Llega el momento de la venida del Mesías, y de este
pueblo, solo una parte, un pequeño colectivo se muestra fiel a la alianza.
María muestra su lamento al Mesías; en la boda, en la
alianza del pueblo con Dios; falta vino, falta amor. Y una gran parte del
pueblo no corresponde al amor de Dios.
La petición de María es en nombre del pueblo de Israel,
reconociendo a Jesús como el Mesías que ha venido a salvar al pueblo.
Las tinajas están vacías, y Jesús ordena llenarlas de
agua. La purificación no vendrá por la antigua Ley, el agua, sino por el nuevo
vino, por el amor. No purifica mediante la Ley, sino mediante la experiencia
del amor de Dios.
El mayordomo, símbolo de los dirigentes judíos, no
entiende que el mejor vino se sirva después; como buen judío defiende la
antigua tradición, el antiguo modo.
Cuando una religión solamente sirve como rito repetitivo
y no como creadora de vida, pierde su gloria y su ser. Jesús, pues, ante el
ruego de las personas fieles, como su madre, que se percatan del vacío
existente, adelanta su hora, su momento decisivo, para tratar de ofrecer vida a
quien la busca de verdad.
Existe también, entre nosotros y Dios una alianza, una
boda, una unión. Él nos ama y nosotros hemos de corresponderle. Él es fiel, y
nosotros hemos de serle fiel.
Necesitamos purificar el agua de nuestros errores y transformarlos
en el vino de las buenas obras, de acciones generosas.
El mundo que nos rodea necesita mujeres y hombres que
sepan transmitir la alegría de una nueva alianza con Dios, que ha hecho con
nosotros un pacto de amor siempre fiel.
Oración de M.ª Rita Martín
Acércate a
mí, Jesús,
revélate
como quién eres.
Hoy te
recibo sin resistirme
y sin
exigencias
Tengo la
confianza total y absoluta
de que te
mostrarás a mí y te reconoceré.
En el
tiempo oportuno.
Cuando Tú quieras.
Como Tú
quieras.
Y sé, estoy
convencida,
de que me
darás la fuerza para anunciarte
para gritar
y pregonar al mundo
lo que en
el secreto del corazón
se me ha
dado a conocer.
Que Tú
Jesús, mi hermano y amigo,
mi compañero
de viaje,
mi único
Señor,
eres el
Hijo de Dios.
el grupo de vine i veuras: Carme, Asun, Amparo, Roser, Manuel,
Paco y Eulogi, i la colaboración de Mn. Manel Simó.
·
Os informamos que el próximo encuentro
será el viernes 15 de febrero a las 19:30 (tercer viernes de mes) en la Parroquia N.S. de Sales, Viladecans.
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