PARRÒQUIES
SANT JOAN BAPTISTA
i
SANTA MARIA
MAGDALENA
VILADECANS
3/05/2020
IV DIUMENGE DE PASQUA.
Pascua nos trae el mensaje de renacer.
Podemos renacer gracias a la misma fuerza que resucitó al Señor Jesús, la
fuerza de Dios. Papa
Francesc
TURA RESTRINGIDA DE LES ESGLÉSIES DILLUNS 11 DE MAIG
De part del nostre arxiprest, Mn. Xavier Ribas us
fem arribar els millors desitjos en aquest temps de confinament, malgrat la
pandèmia del Covid19, que ens ha marcat un canvi important en la pastoral de
les nostres comunitats i en la vida de les nostres poblacions, barris,
famílies, i a nivell personal de cadascú. La pastoral s’ha alentit però no s’ha
aturat perquè, sentint-nos disponibles, hem buscat noves maneres d’estar oberts
a la feligresia.
En l’àmbit de l’actual “estat d’emergència”, han
estat descrites quatre fases de desescalament, que preveuen l’obertura
restringida de les esglésies, el proper dilluns 11 de maig, amb l’aplicació
de diverses mesures preventives, si res de nou ho impedeix. Esperem rebre
de la Secretaria General del Bisbat, les disposicions específiques per a les
parròquies i centres de culte de la nostra Diòcesi.
No abaixem la guàrdia, cuidem-nos, posem-hi seny
i confiem en el Senyor.
Salutacions cordials
L’EVANGELI DEL DIUMENGE.
Avancem en el temps pasqual.
Avancem en la lluita col·lectiva contra el covid19. Aquest diumenge tenim la
imatge de Jesús Pastor, el pastor bo que ens porta per camins de vida.
Escoltem la seva crida a seguir-lo. Confiem-li que ens ensenyi quins són els
camins que hem de seguir en aquests dies de pandèmia i quins són els camins que
haurem de seguir després perquè tinguem vida i "en tinguem a desdir".
⸭
Jesús
comença descrivint dues pràctiques oposades: la d’un lladre d’ovelles que “no
entra per la porta” la d’un pastor –el propi del ramat– que fa la seva feina
ben feta cada matí, entrant “per la porta”, cridant cada una de les “seves”
“pel seu nom” i duent-les a les pastures.
⸭
El “nom” és la persona, reconeguda
com a tal. Les “seves” vol dir les
que s’han adherit a Jesús per la fe. La fe, doncs, no és seguir unes
ideologia, sinó una persona concreta: Jesús!
⸭
Després
Jesús parla d’ell mateix com a “porta de les ovelles” . Una “porta” per a
accedir a Déu, a la salvació. Una “porta” per la que es pot “entrar i sortir
lliurement”: el deixeble és una persona lliure, gaudeix de la llibertat.
La seva adhesió a Jesucrist no li treu llibertat sinó que n’hi dóna.
⸭
L’altra
porta, “un altre indret”, la que no permet accedir a Déu, és el temple de
Jerusalem, a l’entorn del qual estan discutint Jesús i els fariseus. El temple
havia estat una bona referència, però els dirigents –“lladres i bandolers” –
l’han malmès buscant els seus propis interessos (Jn 2,13-17).
⸭
Al darrera
d’aquesta dura crítica de Jesús hi ha les no menys dures dels profetes,
crítiques que Israel ja coneixia: Fill
d’home, profetitza contra els pastors (Ez 34,2ss); Ai dels pastors que malmenen i dispersen les ovelles del meu ramat
(Jr 23,1-2).
Jesús es presenta com el qui
dóna la vida i la dóna en abundància. Això ens fa adonar que aquesta és una
de les afirmacions centrals de l’Evangeli. I que la fe en Jesús
(Jn 9,38), és a dir, l’adhesió a la persona de Jesús per seguir-lo, condueix
a participar d’aquesta vida (Jn 20,31; 3,15).
Mn. Josep
Maria Romaguera.
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA 57
JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES 3 de mayo (Síntesi)
Queridos hermanos y hermanas:
El 4
de agosto del año pasado, en el 160 aniversario de la muerte del santo Cura de
Ars, quise ofrecer una Carta a los sacerdotes, que por la llamada que el Señor
les hizo, gastan la vida cada día al servicio del Pueblo de Dios. En esa
ocasión, elegí cuatro palabras clave —dolor,
gratitud, ánimo y alabanza— para agradecer a los sacerdotes y apoyar su ministerio.
Considero que hoy, en esta 57 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones,
esas palabras se pueden retomar y dirigir a todo el Pueblo de Dios, a la luz de
un pasaje evangélico que nos cuenta la singular experiencia de Jesús y Pedro
durante una noche de tempestad, en el lago de Tiberíades (cf. Mt 14,22-33).
Después
de la multiplicación de los panes, que había entusiasmado a la multitud, Jesús
ordenó a los suyos que subieran a la barca y lo precedieran en la otra orilla,
mientras Él despedía a la gente. La imagen de esta travesía en el lago evoca de
algún modo el viaje de nuestra existencia. En
efecto, la barca de nuestra vida avanza lentamente, siempre inquieta porque
busca un feliz desembarco, dispuesta para afrontar los riesgos y las oportunidades
del mar, aunque también anhela recibir del timonel un cambio de dirección que
la ponga finalmente en el rumbo adecuado. Pero, a veces puede perderse, puede
dejarse encandilar por ilusiones en lugar de seguir el faro luminoso que la
conduce al puerto seguro, o ser desafiada por los vientos contrarios de las
dificultades, de las dudas y de los temores…
Pero el Evangelio nos dice que, en la
aventura de este viaje difícil, no estamos solos. El Señor, casi anticipando la aurora en
medio de la noche, caminó sobre las aguas agitadas y alcanzó a los discípulos,
invitó a Pedro a ir a su encuentro sobre las aguas, lo salvó cuando lo vio
hundirse y, finalmente, subió a la barca e hizo calmar el viento.
Así pues, la primera palabra de la vocación
es gratitud. Navegar en
la dirección correcta no es una tarea confiada sólo a nuestros propios
esfuerzos, ni depende solamente de las rutas que nosotros escojamos… Es Él
quien, cuando nos llama, se convierte también en nuestro timonel para
acompañarnos, mostrarnos la dirección, impedir que nos quedemos varados en los
escollos de la indecisión y hacernos capaces de caminar incluso sobre las aguas
agitadas.
Cuando
los discípulos vieron que Jesús se acercaba caminando sobre las aguas, pensaron
que se trataba de un fantasma y tuvieron miedo. Pero enseguida Jesús los
tranquilizó con una palabra que siempre debe acompañar nuestra vida y nuestro
camino vocacional: «¡Ánimo, soy yo, no
tengáis miedo!» (v. 27). Esta es precisamente la segunda palabra que deseo
daros: ánimo.
Lo
que a menudo nos impide caminar, crecer, escoger el camino que el Señor nos
señala son los fantasmas que se agitan en nuestro corazón. Cuando estamos
llamados a dejar nuestra orilla segura y abrazar un estado de vida —como el
matrimonio, el orden sacerdotal, la vida consagrada—, la primera reacción la
representa frecuentemente el “fantasma de la incredulidad”: No es posible que
esta vocación sea para mí; ¿será realmente el camino acertado? ¿El Señor me
pide esto justo a mí?
El
Señor sabe que una opción fundamental de vida —como la de casarse o consagrarse
de manera especial a su servicio— requiere valentía. Él conoce las preguntas,
las dudas y las dificultades que agitan la barca de nuestro corazón, y por eso
nos asegura: “No tengas miedo, ¡yo estoy contigo!”. La fe en su presencia, que
nos viene al encuentro y nos acompaña, aun cuando el mar está agitado, nos
libera de esa acedia que ya tuve la oportunidad de definir como «tristeza
dulzona» (Carta a los sacerdotes, 4 agosto 2019), es decir, ese desaliento
interior que nos bloquea y no nos deja gustar la belleza de la vocación.
En la
Carta a los sacerdotes hablé también del dolor, pero aquí quisiera traducir de
otro modo esta palabra y referirme a la fatiga. Toda vocación implica un compromiso. El Señor nos llama porque
quiere que seamos como Pedro, capaces de “caminar sobre las aguas”, es decir,
que tomemos las riendas de nuestra vida para ponerla al servicio del Evangelio,
en los modos concretos y cotidianos que Él nos muestra, y especialmente en las
distintas formas de vocación laical, presbiteral y de vida consagrada. Pero
nosotros somos como el Apóstol: tenemos deseo y empuje, aunque, al mismo
tiempo, estamos marcados por debilidades y temores.
Finalmente, cuando Jesús subió a la barca, el
viento cesó y las olas se calmaron. Es una hermosa imagen de lo que el Señor obra en nuestra
vida y en los tumultos de la historia, de manera especial cuando atravesamos la
tempestad: Él ordena que los vientos contrarios cesen y que las fuerzas del
mal, del miedo y de la resignación no tengan más poder sobre nosotros.
Y entonces, aun en medio del oleaje, nuestra
vida se abre a la alabanza. Esta es la última palabra de la vocación, y quiere ser también una invitación a
cultivar la actitud interior de la Bienaventurada Virgen María. Ella,
agradecida por la mirada que Dios le dirigió, abandonó con fe sus miedos y su
turbación, abrazó con valentía la llamada e hizo de su vida un eterno canto de
alabanza al Señor.
Queridos
hermanos: Particularmente en esta Jornada, como también en la acción pastoral
ordinaria de nuestras comunidades, deseo que la Iglesia recorra este camino al
servicio de las vocaciones abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud
la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle “sí”, vencer la
fatiga con la fe en Cristo y, finalmente, ofrecer la propia vida como un
cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y al mundo entero. Que la Virgen
María nos acompañe e interceda por nosotros.
Roma, San Juan
de Letrán, 8 de marzo de 2020, II Domingo de Cuaresma.
CÀRITAS
NO TANCA: AJUDEM A CÀRITAS !!!
Malgrat el Covid19, Càritas adapta les seves activitats, atén les noves demandes, algunes de les quals, es “tripliquen”, i demana ajut a les comunitats.
ECONOMIA PARROQUIAL.
“No us oblideu de la parròquia, si
us plau! Us necessitem !”
Els qui en el concepte de la transferència
hi feu constar el vostre nom i cognoms i, a més, faciliteu el vostre NIF i
adreça, ens podreu sol·licitar el rebut corresponent per a la desgravació de
l’impost sobre la renda. Les nostres dades:
Parròquia de Santa María
Magdalena.
08840 – Viladecans
Codi IBAN:
ES32 0182 4508 0102 0205 3399.
Parròquia de Sant Joan Baptista.
Sant Joan.
08840 –
Viladecans
Codi IBAN:
ES73 0182 4508 0802 0180 2640.
bisbat de Sant
Feliu
parròquies de
Viladecans:
Enllaç del nostra
blogger:
amics de l’ermita
de la Mare de Déu de Sales
No hay comentarios:
Publicar un comentario