sábado, 25 de mayo de 2019

VINE i VEURAS, VEN y VERAS. Evangelio de San Juan 13, 31-33ª.34-35; Parroquia N.S. Salas


Evangelio de San Juan 13, 31-33ª.34-35

Evangelio de san Juan. 
Se desarrolla tras la cena pascual. Un momento en que Jesús les da un nuevo mandamiento sobre amar de una manera nueva. El amor desde el estilo de Jesús, distinto, generoso e ilimitado, el amor cristiano que amplifica el amor humano.

Espíritu Santo,
eres viento:
llévame donde quieras;
eres brisa:
déjame respirar lo nuevo;
eres fuerza:
levántame del suelo;
eres vida:
dame pasón por la vida;
eres alimento:
nútreme de tu savia;
eres luz;
ilumíname con tus rayos;
eres calor:
calienta mi existencia;
eres libertad:
hazme libre;
eres fecundidad:
cúbreme con tu sombra;
eres agua viva:
dame de beber;
eres respuesta:
dame fuerza para decir sí
al Padre,
al Hijo
y a ti, Espíritu Santo.
Lectura del Evangelio de San Juan 13,31-33ª.34-3
Cuando salió Judas de cenáculo, dijo Jesús:
“Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.
Os doy un mandamiento nuevo:
Que os améis unos a otros.
Como yo os he amado, amaos también unos a otros.
En esto conocerán todos que sois discípulos míos, si os amáis unos a otros.”

COMENTARIO DEL EVANGELIO PROCLAMADO
El texto del evangelio de este quinto domingo de Pascua, pertenece al conocido sermón de Jesús después de la cena pascual junto a sus discípulos.
Antes de decir: “os doy un mandamiento nuevo”, se han producido dos hechos significativos: el lavatorio de pies por parte de Jesús a los discípulos, y la participación del traidor Judas en la cena.
El estilo de la comunidad de los seguidores de Jesús ha de ser un estilo de servicio a todos, incluso a los rivales y contrarios.
Y por esto, Jesús, antes de su marcha de este mundo, proclama un nuevo mandamiento.
La ley judía de Moisés quedará sustituida por la ley del amor.
Y, fijémonos muy bien en las palabras que dice: “en esto conocerán todos que sois discípulos míos; si os amáis unos a otros”.
Jesús no pide nada para Él, ni para Dios, sino para la persona humana, que es la que debe ser objeto de nuestro amor.
La vida de los seguidores de este Cristo que se despide, ha de ser, expresar con obras el amor a las personas, y todo ello, de la manera que Él lo ha hecho con nosotros.
El Antiguo Testamento solo había llegado a un amor humanístico cuando en el Libro del Levítico se dice: “quiere al prójimo como a ti mismo”
Jesús supera el límite: quered como yo lo he hecho con vosotros, queriendo más que a mi propia vida, sin interés, respetando la libertad humana, y dando la vida…
Este debería ser, por tanto, el distintivo de nuestras comunidades cristianas. La identidad de los seguidores de Jesús no quedará supeditada a unas leyes, o a un culto, sino a la práctica del amor a las personas, con todas las consecuencias. El amor deberá ser el lenguaje universal.
El evangelista Juan ha asimilado de tal manera este distintivo de la comunidad, que en su Primera carta dirá rotundamente:
“Si alguien afirmaba: “yo amo a Dios” pero no ama a su hermano, sería un mentiroso, porque el que no ama a su hermano, que ve, no puede amar a Dios, que no ve. Este es el mandamiento que hemos recibido de Jesús: quien ama a Dios, también ha de amar a su hermano”.
Nos encontramos, hoy, con un evangelio de la máxima exigencia para nuestra identidad, tanto a nivel personal, como de nuestra comunidad.
Ser cristiano, pues, discípulo de Jesús, es amarse los unos a los otros. Ese es el catecismo que debemos vivir. Todo lo demás encuentra su razón de ser en esta ley suprema de la comunidad de discípulos. Todo los que no sea eso es abandonar la comunión con el Señor resucitado y desistir de la verdadera causa del evangelio.


Y que mejor forma de finalizar de hacerlo con la plegaria que nos enseñó Jesús.
Oremos :
Padrenuestro
El grupo, de Carme, Asun, Amparo, Roser, Manuel, Paco, Eulogi y Mn. Manel Simó
Os informamos que el próximo encuentro será el viernes 21 de junio a las 19:30 (tercer viernes de mes).

Parroquia N.S. Salas






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