Viernes 13 de diciembre 2013
Santa Lucia
Día litúrgico:
Viernes II de Adviento
Texto del Evangelio (Mt 11,13-19): En aquel
tiempo dijo Jesús a la gente: «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se
parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros
diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado
endechas, y no os habéis lamentado’. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y
dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí
tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la
Sabiduría se ha acreditado por sus obras».
COMENTARIO:
Hoy debiéramos removernos ante el suspiro del Señor: «Con quién compararé a
esta generación?» (Mt 11,16). A Jesús le aturde nuestro corazón, demasiadas
veces inconformista y desagradecido. Nunca estamos contentos; siempre nos
quejamos. Incluso nos atrevemos a acusarle y a echarle la culpa de lo que nos
incomoda.
Basta contemplar el misterio de la Navidad. ¿Y nosotros?; ¿cómo es nuestra fe? ¿No será que con esas quejas tratamos de encubrir la ausencia de nuestra respuesta? ¡Buena pregunta para el tiempo de Adviento!
Dios viene al encuentro del hombre, pero el hombre —particularmente el hombre contemporáneo— se esconde de Él. Algunos le tienen miedo, como Herodes. Jesús «es el Dios-que-viene» (Benedicto XVI)
Basta contemplar el misterio de la Navidad. ¿Y nosotros?; ¿cómo es nuestra fe? ¿No será que con esas quejas tratamos de encubrir la ausencia de nuestra respuesta? ¡Buena pregunta para el tiempo de Adviento!
Dios viene al encuentro del hombre, pero el hombre —particularmente el hombre contemporáneo— se esconde de Él. Algunos le tienen miedo, como Herodes. Jesús «es el Dios-que-viene» (Benedicto XVI)
¿Por qué huimos? Por nuestra falta de humildad. Y la Iglesia nos lo
recuerda cada vez que llega el Adviento. Por tanto, hagámonos pequeños para
poder entender y acoger al "Pequeño Dios". Él se nos presenta en la
humildad de los pañales: ¡nunca antes se había predicado un
"Dios-con-pañales"!
Pero llega Jesús-Dios: en el frío y la pobreza extrema de Belén no vociferó ni nos reprochó nada. ¡Todo lo contrario!: ya empieza a cargar sobre sus pequeñas espaldas todas nuestras culpas. Entonces, ¿le vamos a tener miedo?; ¿de verdad van a valer nuestras excusas ante ese "Pequeño-Dios"? «La señal de Dios es el Niño: aprendamos a vivir con Él y a practicar también con Él la humildad» (Benedicto XVI).
Comentario
sacado del : Rev.
D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès,
Pero llega Jesús-Dios: en el frío y la pobreza extrema de Belén no vociferó ni nos reprochó nada. ¡Todo lo contrario!: ya empieza a cargar sobre sus pequeñas espaldas todas nuestras culpas. Entonces, ¿le vamos a tener miedo?; ¿de verdad van a valer nuestras excusas ante ese "Pequeño-Dios"? «La señal de Dios es el Niño: aprendamos a vivir con Él y a practicar también con Él la humildad» (Benedicto XVI).
No hay comentarios:
Publicar un comentario